viernes, 8 de agosto de 2008

Nistagmo

Escribo sobre los demonios, fantasmas y sin fin de criaturas reptantes que anidan en mi cabeza, los tatúo en una hoja para que se queden ahí. Sueño paraísos que se estiran por todos los horizontes repetitivamente y sólo la elasticidad de mis sueños encontrará los límites, reinos que extienden mis adentros: casas viejas con tejas tintineantes bajo la lluvia, callejones torcidos que conducen a rincones de miradas anteriores. Recuerdo laberintos en mis arterias donde cada glóbulo busca desesperadamente el nervio perfecto para saturar los cálidos labios desplazándose húmedamente por las grietas de mi boca (aún puedo saborear cada una de las palabras que en el viento escuché ulular). Con la necedad de mis pies a continuar, sé con qué piedras he sangrado y con qué ríos me he curado. Todo lo que puedo recordar lo he revivido en cada sueño diurno que me visita al despertar, paraísos donde viajo sonámbulo, sin saber en qué momento comencé a dormir. Vivo dos veces (y así quisiera amar): la calle que deambulo por las noches para descansar, es la misma calleja que recorro en mis ideas para asesinar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Compare, ya va mejorando en sus divagaciones y en esto de la escritura; un escrito bien logrado, crudo pero directo...felicitaciones!!...nos vemos luego en las mechudas o por estos lares baldíos.