Un incendio de aplausos se consume a la distancia, mientras que la destreza verbal que despliegas recorre una trayectoria kepleriana:
una fuente mercurial se contonea al ritmo
de la noche,
sus metálicas aguas se rizan con el viento,
esperando abrazar a la luna...
Recoges la pálida imagen que la fuente escupe a borbotones, una, dos, tres veces y tu imagen insiste en quedarse en el fondo de la fuente.
Lanzas un suspiro y continúas tu camino.
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2 comentarios:
Wooooorales, qué profundo!
Bendiciones!
GRACIAS por las aclaraciones.
Millones de besos y abrazos para tì.
Simplemente HERMOSO
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