viernes, 22 de mayo de 2009

Flores

Recargada en una flor de argón, meditas, mientras tus dedos asfixian un cigarrillo que luego es besado con devoción. A lo lejos, en el tercer piso de un edificio, el silencio ausente de los amantes rotos se desgañita de placer. La calle se encuentra sumergida en las aguas náufragas del insomnio. Cierras los ojos: "todo es azul, casi morado", piensas.

Los ruidos de los aparatos intuitivos de la acera de enfrente te rescatan de tus recuerdos; los lames y exprimes tu corazón...

2 comentarios:

2c@si1 dijo...

tus palabras me remontaron hacia lo exquisito...

zuurfer dijo...

era para ti