Te vi junto a la gran Otra, lloviéndote, ascendiendo al mismo cielo, el sol se retiraba y nacía siempre la misma luna, una y otra vez
(las sombras intiman)
Te vi lejana como siempre has sido, llena de lágrimas y ahora odio las distancias y tú eres todas ellas.
Te vi eterna y las hectáreas en mi metafísica se tornan erizas, porque mis ojos ya no te alcanzan y se aproxima la desazón y la muerte.
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