y así.... resignificar las piedras, las ventanas, tu piel, las calles, las llaves, tu sexo, las puertas, las plantas, tus ojos... la tinta... tus poros, tu olor, tu cabello, tus manos...
y entonces... deshilar las textura del papel... las letras se desvanecen hasta dejar la hoja... sin tu sombra
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