jueves, 5 de febrero de 2009

Instrucciones-manual para olvidar a una mujer traidora (remix Abraham Ángel)

Es necesario estar desnudo ante un espejo con los ojos en plan marítimo

a) Una hoja de roble sobre el costado izquierdo
b) Con los dientes apretados
c) El aullar lejano de alguna máquina
d) La noche y la lluvia en la ventana como un cromo
e) (pensar en Lucien Freud)

Vendrán los recuerdos; vendrán las rabias; su velo de campos perfumados; vendrán aquellos dolores y el recuerdo de él, del otro (desconocido) que la toca y pacta (“nos veremos los sábados”, por ejemplo) y la besa mientras uno duerme un plácido sueño lejos de ella (otro estado)

a) Una copa rota y un vino de caja
b) Una habitación sucia
c) Moho
d) Cigarros en el cenicero repleto
e) Cabellos enredados con el polvo
f) Una pila de películas sobre el televisor encendido
g) Compras por televisión
h) La sonrisa de los presentadores
i) Media noche
j) Dos de la mañana
k) Una película que hará dormir
l) La luz del televisor conjugando su manía en el rostro

Llegará en un abrazo la pérdida (un veneno). Entonces, esto es necesario

1. Se unta el vino en la garganta
2. Se untan los cigarros bajo los ojos y el humo se huele hasta la asfixia
3. Se camina por el departamento, cuatro de la mañana, cinco, de aquí para allá
4. Se unta el moho en el pecho, se tose
5. Se sostiene la cabeza con la mano
6. Se extrae de los ojos el agua de mar que ha llegado con la lluvia
7. (se piensa en Francis Bacon)

Entonces el departamento se encoge. El estómago se empala y la cabeza duele parecida al zumbar de insectos

a) La computadora encendida
b) Algunos párrafos
c) La música suena
d) El frío marcha y se queman las naves
e) Un grito
f) El cuerpo de flácidos conejos
g) Pensar en un barco que se va, abandonándonos
h) Otro grito
i) (pensar en Egon Schille)

Aparece el sol y el ruido de los autos (nuevas aves). El lugar se presta en leste y silencio. Llega de nuevo aquel pacto, él y ella, el sueño lejano y la sonrisa tarada. Llega de nuevo aquella envidia vestida de heno y el olor de aquellos abrazos que no dio, ni dará. El sonido de la puerta, los pasos de los otros sobre el techo. El estómago que es tocador de luciérnagas. Vuelve el aleteo que trae el mareo del ignoto, el pobre, el tonto, el engaño, el lerdo, el sodomita, el rastrero, el que no existe, el que no habla, el que no tiene entre las muelas aquel gen. Vuelve la mordida bajo la lengua, su sonrisa y un débil te quiero o te amo en medio de un hotel clandestino; y con ello regresa el corazón que estalla y los futuros ingenuos. Regresa cada palabra de la despedida y el serpentario de que se enreda (esos dientes de ramas)

1. Se unta la garganta con el vino
2. Se decide no ir a trabajar
3. Se decide no ir a trabajar jamás
4. Se decide no verla nunca
5. Se decide cambiar de rumbo
6. Se decide comenzar de nuevo
7. Se decide explorar otros mares
8. Se decide olvidar

Luego amanece y no hay vino y se toma agua, lo que sea. Llenar ese hueco, llenarlo con humo o con vino o cigarro o hiedra o calidra o manzanas. Se hunden las manos en los cabellos y los ojos afiebrados se simulan con gotas y el baño sin gas aparece y el agua, helada, sale y toca el cuerpo, un trance entre lágrimas y bostezos y caras largas frente a un espejo que es un Antoni Tapies. El lodo de la loza comparado con su felicidad, con su emoción, con su sonrisa que jamás le podría pertenecer a este cuerpo ya cansado de batallas. El estómago tocador de iguanas

a) Cama revuelta
b) Bajo la sábana la orgía de los ácaros
c) El televisor encendido
d) La luz del sol por la ventana lo contagia todo
e) La misma ropa, el mismo olor, el mismo
f) El estómago vacío
g) El último cigarro
h) (pensar en Odd Nerdrum)

Afirmar cierta dignidad que no se tiene. Aceptar que es el orgullo el que palpita. Aceptar que se ha perdido el rumbo. Llegar plenamente a la conclusión de que somos menos que almejas, hierbas o tierra, que para la otra persona, para ella, somos menos que un rumor, que un cohete lanzado en la fiesta de Santiago. Aceptar que a sus ojos aparecemos ridículos, una esfera rota en enero

a) Pero ¿cómo?
b) ¿Cómo?
c) ¿Cómo aceptar que se ha perdido?
d) ¿Cómo aceptar que los planes han salido mal?
e) ¿Cómo aceptar que otro (él) tiene aquello que ella vibra, que ella sonríe, que ella toma, que ella radiante lo acepta sin preámbulo?
f) ¿Cómo aceptar que eso, aquello que sientes por ella lo siente por él y no por ti, borracho y resfriado en tu cuarto mohoso, lapidado de sábanas sucias, repleto de películas sin ver, bañado con el agua helada, sin comer, sin ganas de trabajar, sin solvencia, sin sueños, sin futuro?

Reivindicar tu personalidad. La desazón y la nostalgia. No jugar aquel juego. Cambiar un poco de mentalidad (lo que eso signifique) y beber cerveza. No pensar en ella y seguir el largo y agotador camino que iniciaste hace mucho tiempo hacia tu destrucción

5 comentarios:

Raven Lausleahleahhann dijo...

Este sí me llegó.

¿Y cómo hago para olvidar a un hombre traidor? No puedo llenar el vacío con humo, el vino me atraganta. ¿Bastará otro hombre? Yo creo que no. Uno no.

sauska dijo...

También el vino me atraganta (a veces prefiero el tequila), pero sí, estoy de acuerdo otro (s) hombre (s) bastará

Raven Lausleahleahhann dijo...

Nomás deja que pesque alguno en mi red de copas y oros y de ahí al infinito.

Anónimo dijo...

Muchos saludos, muy interesante el post, espero que sigas actualizandolo!

Anónimo dijo...

a las traidoras como las cucarachas aplastadas y al tacin del excusado, por que surgiran mas y no te dejaran en paz... hasta que las aplastes y las eches al tacin, cancion de nunca acabar, por lo tanto las traidoras siempre existiran...