martes, 24 de noviembre de 2009

Cabeza de Jíbaro


(«tus ojos»)


Hay algo en los espejos que quiero recordar
tengo el sabor en la punta de la lengua pero el nombre se evapora al hablar

Yo, soy otro
me paseo en los cafés del alma
veo pasar poemas en las plazas:
las buenas curvas que acompañan siempre a Otro
y yo, envejecido
como letras de las cartas amarillas
sin saber a dónde ir, sin lectores mundanos.

Como siempre:
las oraciones son malas
y me siento –fumando– enfadado
haciendo prosa de reflejos distorsionados
manchando las hojas con halos de café
(de pésimo café)
lerdo, como si el tiempo a cuestas no importara
(me veo irme) a mis destinatarios...

Que otros: allá, que son Yo
sean imágenes en espejos sin empaño
(sin censura de vocales) (sin acento extranjero)
donde tus ojos
(pero los tuyos, no los míos)
son míos, y me ven (me veo) como tú me ves
(porque Yo es otro)
Y no soy Yo (soy todo lo que tus ojos han visto)
eso lo sé: sólo en tus ojos puedo hallarme
(se reduce el universo como en una tzantza)
y la figura oblonga se escupe por la lengua
con el sonido que trasduce en mi imagen.

Con la mirada clavada en un punto fijo
de reojo, susurrando al monstruo:
hosco, blasfemo como los cafés que frecuento:
hay algo en los espejos que no quiero recordar.

1 comentario:

pivi krp+ER dijo...

... soy todo lo que tus ojos han visto--- wow!!!