...antes esbelto, ahora consumido. Las paredes de mi cuerpo implotan para llenar el vacío, mi alma es un poeta bukowskiano, pero sin talento ni putas. Sólo la embriaguez de la vergüenza llora en esta existencia desvalida, ya sin depósito de energía. Pero aun estando tú tan lejos y yo tan perdido, sé que vivo porque me sueñas, estaré lleno de ti como antes de nada, esta barcaza fúnebre aún no abandona puerto...
¡Vamos! Viejo púrpura romántico, un último latido.
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