miércoles, 11 de febrero de 2009

El séptimo día III

...El cuarto día llegó con un alboroto en palacio, se había descubierto la causa de mi búsqueda y Shao-Chi reunió, de manera precipitada, a los ancianos. Después de deliberar por varias horas se decidió que no merecía ninguna pena dado lo inútil de mi búsqueda, por lo que fui absuelto y llamado loco.
El quinto día lo dediqué a la meditación y encerrado en mi habitación tracé en el aire, entre los vapores del incienso, un sin fin de símbolos extraños, adoptando extrañas figuras. La noche me sorprendió adolorido y hambriento...

No hay comentarios: