5.
como si de la misma carne el vidrio
el whisky
la cabeza húmeda
esa raíz que guardan los sopores
el vidrio empañado del vapor
La niebla
cortada por el filo de la nariz te busca
luego toser.
las tabernas atoradas en los ojos
no habían sido una luz
probar almenas o almohadas desde donde la cansada veta
de donde ya no
metal alguno brota
de sus piernas no corrió el oro empírico
ni jades ni jadeos
ni circunstantes ni trompetas
nada
creer es una actividad que no conviene
espía de otro tiempo (su caja de Tchaikovski)
sólo las luces de ornato (un óvulo paciente y Falopio)
consigna de herido párvulo
(su olor a leche de lodo)
dormido el labio inferior
infectado
el paso de la amígdala
nada
contaré cómo aprendí a doler sin corromperme
es cosa de ensayarlo al desayuno
ponerle cucharadas como al barco
hundido en la guerra por la honra
(una cuchara puede ser un ancla,
la pesa inmortal que liga el mar a los retablos)
Inglaterra sería un hombre de chistera
cintura adusta
espantapájaros
el té caliente agarrado a la solapa
mancha en lugar de aroma
atrás la tela a quien se aferra
y llega el agua
aprendí a dolerme
en cotidiano
la punción cuando la cama te vomita
y se va, con dignidad, cuando anochece
no es terreno entonces
que después de beberte
a nada huela
6.
lisonja busca su calesa
y la calle se hace honda pared papel moneda
miro los ojos árabes o turcos
que se ahogan por no ceder nostalgia
(eras un tubérculo de noche y la terna
lengüetadas, parménides y roca)
lo flaco de ti son las redadas
el portento
es cuando cantas igual a un buen marica
te empalagas con medias y ligueros
lápiz rojo embutes con las manos
por las mordidas de hombre que te nacen
de un edificio a la inversa
pero marchan
aliados
a ese turbio amanecer encinta
de coles cosechadas en un cuento
miramos las manos terregosas
y una cuerda pende
empinada de tu risa
hubo un tiempo
en que Schariar con tu perfil doblaba mecas
había una alfombra
los mercados se tragaban noches concubinas
en sus tiendas tu caricia de ogro y de doncella
ahora
en algún lugar tu historia, califa, tiene un nombre
la viste otro sultán y la desdoran
eunucos y princesas
que ofrecen los ombligos a la horca
los muslos a la cuerda
los cuellos a la espada
7.
pasaje favorito: temblar como la tierra
que cada cerezo sea fruto caído:
un accidente de vuelcos humanos
vueltos entraña, pisados
dolosos...
rojos tanto que la rojura les destroce los nombres
La idea es dejarse romper por la uña,
atestiguar un mordisco,
el cuerpo paladeado entre las muelas
jugo de belleza inhóspita.
(interminable pasillo de hospital
herida que suena a bachata
siete días para siete dedos)
frutos rojos con su rojura alcoba
cubierta de andaluz
rojísimas las manos que acarician barcos
reservan el ardor para mejores treguas.
martes, 14 de julio de 2009
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2 comentarios:
Buen contenido. Me gusto bastante. Saluditos
que buena poesía!! mucha fuerza... que buenas imagenes .. las sensaciones que transmite son exactas, precisas...
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