miércoles, 2 de febrero de 2011

Cero

He quedado suspendido a la mitad del tiempo, a centímetros de la cornisa, y me desplazo levitando por el hilo que teje los signos e ideas, efímeros momentos que pretendo soñar; como helio, caer en medio, sólo por segundos: infinitos, elásticos, pero la gravedad insiste en amarme, y yo de no dejar este ingrávido aposento. Debo volverme ligero por un tiempo, antes que el concreto me abrace, porque sólo mis uñas se agarran del viento antes que me tope en el vuelo con el tecolote.

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